A 50 km de la ciudad de Córdoba
encontramos Cuesta Blanca en el Departamento de Punilla, accediendo por el
camino de las Altas Cumbres, subiendo 45 km se encuentra el Parque Nacional
Quebrada del Condorito considerado la tercera maravilla natural de Córdoba.
Nos alojamos en el Complejo Turístico 12 de Enero de la Federación Única de Viajantes de la Argentina
Aquí el mapa del lugar que consta de 60 hectáreas con cancha de fútbol, voley, juegos para chicos, 1 piscina antigua al lado del hotel y un complejo a 2 cuadras del hotel donde nos alojábamos nosotros con la hermosa piscina que les mostraré.
Cuesta Blanca se encuentra recortada por
el Río San Antonio. Se puede acceder a sus aguas cristalinas bajando a pequeñas
playas de arena o sorteando rocas.
Debe
su nombre a innumerables minas de cuarzo a flor de tierra que al abrir calles
se dejaban ver como un manto blanco. Caminando se pueden encontrar piedras de
cuarzo que brillan al sol y tientan al viajero a tomar algunas para llevar.
Otra versión es que las sierras estaban
cubiertas por una fina paja blanca que al ser mecida por los vientos se
asemejaba a un gran manto blanco.
Sus primeros pobladores fueron los indios
Comechingones según los restos de pinturas rupestres y el hallazgo de
utensilios, morteros y puntas de flechas.
El comienzo de la urbanización data de
1944, declarándose comuna desde 1993.
Situado en plena sierra y alejado de todo
se encuentran solo sierras y serenidad, aunque hay un micro que pasa cada media
hora hacia Villa Carlos Paz, Tanti y otros.
Propicio para ver bellos amaneceres
Alegría en la caminata hacia el río, que
no es tan cerca como parecía, con subidas y bajadas…
Después de bajar 74 escalones (que luego
hay que volver a subir) llegamos. Aguas cristalinas y torrentosas porque había
llovido la mañana anterior.
Se impone una buena comida, un descansito y luego a la piscina. Que mide 25 por 8 metros.
Hay mucha sequía en todo el país y las
aves del lugar vienen a beber a la piscina. Teros, Benteveos, Cotorritas, Palomas y alguna Golondrina a vuelo rasante
toman agua con gran maestría. Los
primeros muy desconfiados y las palomas muy disciplinadas se colocan cerca de
la escalera y baja una al primer escalón, bebe y vuela, baja la otra y así
hasta por lo menos seis. Muy curioso.
Como verán poca gente, es el último
contingente pues el hotel ya cierra hasta el año que viene a los turistas, no
así a los viajantes que vienen todo el año.
Aquí le temperatura es benigna, en Buenos Aires están a 42 grados, nosotros a 28.
Una mañana lluviosa y sentadas en el hotel
una preguntó si alguien era profesora... y organizó una clase de gimnasia. Impensadamente un grupo de hermosas y
divertidas mujeres se puso bajo mi batuta a mover el esqueleto.
Nos fuimos en excursión a La Falda, Villa
Giardino, Loma Hermosa, Cosquín donde aún se está celebrando el gran Festival
de Folklore. Eso por las noches.
Bajamos en Los Cocos: Allí algunos
visitaron el laberinto
Yo me
fui a la Aerosilla. Saqué foto aferrando bien el celular y las gafas, ¡no fuera
cosa que se cayeran!
Y luego vi la Tirolesa… No lo dudé…
y allí fuí.
Calculé que la vuelta al micro sería en diez minutos. Lástima que era tarde y no había fotógrafos. Pero yo le
saqué a una parejita y ellos me sacaron a mí con el equipo correspondiente.
Bueno, bueno, tuve que confesar mi edad y los pocos que había me aplaudieron al
subir y al bajar donde el viaje fue mucho más alto, rápido y largo… ¡Cómo lo
disfruté…!
Se están riendo: ¿Pues de eso se trata de ser felices!
Llegué al micro justo.
Cena, a ordenar la maleta y a descansar.
Al día siguiente emprendimos la vuelta.