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01 julio 2013

CUIDEMOS EL HÍGADO



El hígado es el órgano más grande del cuerpo. 

Es primordial dentro de nuestro sistema digestivo. Algunas de sus funciones vitales son: facilita la digestión de las grasas, filtra la sangre de toxinas y transforma los alimentos en energía.

Enfermedades típicas del hígado
  • Hepatitis: es una inflamación del hígado. Algunas causas principales son el exceso de alcohol, infección vírica, intoxicación por medicamentos o productos químicos.
  • Problemas de vesícula: inflamación y formación de piedras. Se produce por una dieta en exceso de proteínas animales (carnes, pescado, huevos y lácteos).
  • Hígado graso: acumulación excesiva de grasa en el hígado. Los factores que favorecen su aparición son los radicales libres, diabetes, colesterol, triglicéridos y obesidad.
  • Enfermedad alcohólica hepática: se produce por la ingesta de alcohol de una manera habitual y que puede derivar hacia cirrosis (degeneración crónica de las células del hígado).
¿En qué puede ayudarnos la alimentación?

Una adecuada dieta para el hígado es imprescindible para la prevención de las enfermedades citadas, así como la desintoxicación de este órgano. También es prioritaria cuando el hígado está afectado para evitar que el daño producido sea mayor. Se han de escoger los alimentos adecuadamente para limpiar el hígado, sobre todo si este está enfermo.

Alimentos adecuados

Quiero destacar la importancia de una alimentación con productos biológicos para el hígado. La ingesta de productos químicos (alimentación y productos químicos del hogar) es una de las causas fundamentales por las que este órgano se enferma, ya que recordemos que cumple una función imprescindible en el filtrado de toxinas.
  • Frutas y verduras, ya que son más fáciles de digerir. Las proteínas vegetales que provienen de los cereales integrales y de las legumbres, tales como tofu, seitán, tempeh, yogures de soja, miso, bebidas vegetales. Derivados lácteos en poca cantidad como yogur, kéfir, queso fresco y requesón.
  • Las grasas insaturadas como el aceite de oliva virgen, aceite de lino, soja o cártamo. Semillas de sésamo, aguacate, nueces, semillas de calabaza. Utilizar la zumoterapia como desintoxicante, así como los caldos de verduras con apio, col, zanahoria, rábano y nabo. Las algas como grandes eliminadoras de metales pesados del organismo.
  • Zanahoria, alcachofa, escarola, apio, rabanito, espinacas, bardana, remolacha, diente de león, achicoria, berros, uva, manzana, peras, ciruela, cítricos y frutos del bosque. Los ajos y la cebolla. La miel de abeja, avena, picles, chucrut y alimentos fermentados.
¿Cuáles son los alimentos que NO nos convienen?

Empezamos por el alcohol ya comentado. Los alimentos procesados que contienen gran cantidad de conservantes y colorantes, que después el hígado debe  asimilar. Exceso en el consumo de proteínas de origen animal. Las grasas hidrogenadas como la mantequilla y la margarina. Los productos lácteos enteros.
Los alimentos envasados y precocinados, ya que suelen contener muchas grasas. El freír las grasas o grasas recalentadas. Los pasteles, tartas, galletas, bollería, caramelos y todo tipo de alimentos ricos en azúcares simples, incluidos aquí los edulcorantes artificiales.
Se ha de minimizar el consumo de alimentos muy salados como el jamón, la panceta, los embutidos, alimentos en salazón y ahumados. Facilitan la retención de líquidos y pueden dañar el hígado, o si este está enfermo lo perjudican aún más.

Dieta para el hígado, pautas básicas
  • Comer en muchas veces y poca cantidad. Las comidas abundantes sobrecargan el hígado.
  • Prestar atención a las comidas reutilizadas, ya que si no han tenido un buen proceso de conservación, pueden generar agentes patógenos contaminantes.
  • Los alimentos animales crudos o semi crudos han de ser bien escogidos, ya que también son una fuente de infecciones a una escala que no podemos apreciar.
  • Lavar bien las frutas y verduras, si estas no son de producción ecológica.
  • Incrementar el consumo de alimentos frescos, de temporada, de cercanía y lo más libres de posibles pesticidas.
  • Los productos químicos que utilizamos habitualmente en el hogar también son perjudiciales para el hígado.
  • Una automedicación o la utilización irresponsable de los medicamentos, genera tóxicos e inflamación en el hígado.
¿Sabías que...?

Un hígado colapsado te puede generar excitación, nerviosismo e irritabilidad. Su emoción es la ira. Si este órgano no funciona correctamente tendrás falta de claridad de pensamiento, sentirás fatiga, con la consecuente reducción de energía, quitándote entusiasmo, ambición y las ganas de hacer cosas.
En todos los casos le recomendamos consultar con su médico, terapeuta u otro profesional de la salud competente. La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. 



Coaching Nutricional & Bienestar. Experto en Alimentación y Nutrición Saludable. Programa para Bajar de Peso, sin Dietas Restrictivas, Aburridas e Impersonales.



Mientras terminan de reparar mi ordenador los dejo con este interesante artículo. 
Sé que les debo la segunda parte del paseo... volveré... 
 


13 febrero 2011

SÍNDROME DOLOROSO DE RODILLAS

(Imágenes de google, el texto es mío)

La articulación de la rodilla es compleja. Su estabilidad se mantiene principalmente por los ligamentos, músculos y tendones, asumiendo la carga pesada del resto del cuerpo.
Puede haber en ella: dolor, hinchazón, atrofia, limitación funcional de la articulación, en algunos casos se acompaña de calor y rubor y en otros en la articulación se siente frío.

Lo más importante es ejercitar las funciones del músculo cuádriceps porque esto es un factor clave para mantener la estabilidad de la articulación. El músculo medio del cuádriceps femoral desempeña el papel más importante, por lo cual se deben realizar cuanto antes los ejercicios funcionales para eliminar el círculo vicioso y promover la recuperación articular.

Se deben realizar ejercicios sencillos, siempre teniendo en cuenta que al llegar al punto de dolor, que es el que nos avisa de no ir más allá, interrumpimos para comenzar de nuevo sin esforzar en ningún momento.
Recomiendo comenzar sentados, con espacio libre alrededor para no limitar los movimientos.
La espalda tiene que estar apoyada en el respaldo de la silla y podemos tomarnos del asiento para tener más estabilidad, si bien más adelante, trataremos de posar suavemente nuestras manos sobre los muslos. Estos trabajarán mejor así.

Cuando hayamos logrado hacerlo sin esfuerzo, podremos agregar una bolsita de arena de 1 kg. en cada tobillo, para incrementar la fuerza.
No retenga la respiración, generalmente se trabaja mejor si tomamos poco aire y exhalamos en el esfuerzo.
No se ponga tenso, utilice la energía necesaria concentrada en el cuádriceps.
Piense en lo que está haciendo, luego se dedicará a otras tareas, este momento que no dura mucho, es suyo. Comprobará que son de 15 a 20 minutos cada día, elija la hora más conveniente y no tenga el teléfono a mano, ya le dejarán mensaje.

1. Extender una pierna y apoyar en el piso, de 5 a 10 veces, si no produce dolor llegar a 20. Esto es paulatino, un día 5, otro 8, otro 7, otro 10, otro 6, siempre tomando como referencia el no dolor, y así suave y lento hasta que podamos hacer 20.
El mismo ritmo con la otra pierna, tienen que estar equilibradas.

2. Extender la pierna y rotar el tobillo, sin que aquella baje, las veces, tienen que ser paulatinas, una y otra pierna al mismo ritmo. Si apoyan la mano en el muslo verán que trabaja toda la pierna, el cuádriceps incluído. De 5 a 10 rotaciones, primero hacia afuera y luego hacia adentro, y así suave y lento hasta que podamos hacer 20 repeticiones a un lado y al otro. No bajar la pierna, luego hacerlos con la otra.

3. Extender la pierna y abrir hacia afuera, mantener la otra apoyada en el piso. De 5 hasta que podamos llegar a 20. ¿Qué? ¿Se cansan? Recuerden que es para bien de la rodilla. Esto no es un compromiso con el éxito, es un mejoramiento de la calidad de vida, ya que el caminar será así más efectivo y menos doloroso.
Hacerlo con la otra.

4. Extender la pierna y flexionar el pie fuertemente “hacia la nariz” mantengan 5 ó 7 segundos y extiendan tipo bailarina… No bajar la pierna. La secuencia es la misma.
Comienzan desde 5 y van incrementando cada día.
Luego con el otro pie. Esa pierna bien extendida.

5. Cuando tengan fuerza suficiente en los cuádriceps, las piernas trabajarán simultáneamente y si logran hacerlo sin sostenerse con tanto nervio y fuerza a la silla, mejor.

6. Una vez logrado esto, sin que las rodillas “pidan papas” comprarán o realizarán con tela de jean gastado, unas bolsitas de arena de 1 kg… y a empezar de nuevo.

Por ahora ya es bastante, esto se realiza todos los días, siempre con la premisa del “no dolor” pero sin haraganería, piensen que es por propio bienestar. Y siempre consulten al médico en todo problema que pueda surgir, interrumpiendo momentáneamente la gimnasia.

Buena suerte y mucha constancia, dedicar un momento a nosotr@s redunda en beneficio nuestro y de los que nos rodean.