miente.
En realidad en su interior nunca olvida.
Un político cuando promete demasiadas cosas,
miente.
Si asume el poder lo más importante no se cumple.
El alumno que dice que estudió y fracasa en los exámenes,
miente.
El pobre piensa que engaña a alguien!
El que se cayó en la calle y dice que no le duele,
miente.
Sus rodillas opinan lo contrario.
El que chocó con el semáforo en amarillo y dice que no tiene la culpa,
miente.
Piensa que el policía se lo va a tragar…
El que abandonó a su perro y dice que éste se escapó,
miente.
No sabe que el perro es más fiel que él.
La persona que asegura no decir nunca mentiras,
miente.
Pero… ¡si todos somos mentirosos…!
Ese que deja el coche en doble fila diciendo: “solo dos minutos”,
miente.
Lo sabe bien el que está desesperado por salir de su encierro.
Una mujer cuando dice “no tengo nada que ponerme”,
miente.
Todas sabemos que tenemos algo para la ocasión.
El niño que rompió el cristal con una piedra y dice: “yo no fui”,
miente.
Lo sabe bien todo el que fue niño.
El marido que quemó el sillón con la colilla y lo niega,
miente.
Salvo que haya sido el plomero.
La aseguradora que te asegura contra todo,
miente.
Eso lo sabe la mayoría que contrató un seguro.
La amiga que cuando se despide te dice: “nos llamamos”,
miente.
Para llamar a una amiga no hace falta avisarle.
Un hombre cuando escribe para que lo lean otros hombres,
miente.
Él sabe que también lo van a leer las mujeres.
LA MENTIRA ES UNA ESPIRAL QUE SE QUEMA EN SI MISMA
Rosa Favale
La Coruña 8 de junio de 2006
