Elejí el Día de la Tradición para ir con mi hijo, en realidad pensé que se iba a aburrir, pero no fue así. Estaba más interesado y contento que yo, tanto por la Naturaleza como por la misma fiesta.
Aprovechamos la mañana para ver la caballada que iba a desfilar por la tarde, fue mucho mejor así, ya que el sol por la tarde se hizo fuerte y hubo momentos en que nos retirábamos a la sombra.
El río se encauza por este lugar donde se bañan los niños y pescan los mayores

Luedo sigue manso... siempre que no rebalse el caudal.

Arboledas varias.

Asado y mate



El pequeño gaucho de 4 añitos. En el desfile, el "petiso" que así le llaman a estos pequeños caballos, comenzó a trotar fuerte y su padre atento, colaboró con el niño para detenerlo.

No hay edades para desfilar, las niñas lo hacen desde pequeñas.

Buscando la sombra...

También estuvieron lo clásicos gauchos de Güemes, salteños.

Las tropillas pastaban a la espera del desfile.

Mi hijo interrumpiendo la tranquilidad y el pastoreo.

Más tropillas, las comanda una yegua madrina. Ella lleva un cencerro al cuello y todas la siguen sin excepción.

Un deleite para la vista y los amantes de los caballos.

Preparados y atentos los cuidadores. Solo uno de ellos hace desfilar a la yegua madrina y su tropilla haciendo distintos paseos o figuras todos en perfecto equilibrio ya sea en giro, ondas o recto.

¡Qué bien se está bajo los árboles!

Aquí montado en su caballo, observen la platería repujada de los arneses.