El
Barrio Chino en Buenos Aires se vistió de gala para festejar el Año Nuevo Chino.

Instalaron pequeños comercios de comida, ungüentos, accesorios y muchos amuletos de la prosperidad, salud, amor y trabajo a lo largo de sus calles.

El chino moderno muestra su habilidad al freir estos deliciosos platos típicos.

Más pinchos variados al igual que las salsas para acompañarlos.


Accesorios, lámparas, abanicos, todo lo que alegra para el que quiera comprar.

Y aquí estoy bajo el abrasador sol del mediodía, en el lugar de la ceremonia. Vemos al dragón hábilmente manejado por los voluntarios.

Él, combate y domina a estos extraños tigres: uno rojo, otro verde y el tercero amarillo.

Sigue la danza. En el escenario, los presentadores abrieron el año con palabras muy interesantes sobre el amor, respeto, confianza, y los valores morales. Lo dijeron en su idioma y luego en castellano. Todo acompañado con ritmo de tambores.

Otra fase de la ceremonia donde se prendieron cohetes sopresivamente creando un clima de gran ruido. La niebla era producida por ellos.


Había que tocarle la cola al dragón: Por supuesto alcancé a hacerlo, ahora... tendré un poco más de suerte... mmmmm.

Este restaurant me pareció el apropiado para refrescarme del intenso calor y apartarme un poco del gentío y el bullicio.

Las instalaciones estaban vacías pues todos estaban en el festejo.

El primer plato era suculento, no lo terminé porque sentía curiosidad por otro de la carta.

No me equivoqué... ¡Qué belleza de presentación!

¡BUEN AÑO PARA LOS CONEJOS Y PARA LOS QUE NO LO SON!