Una suave brisa
acariciaba mi cuerpo desnudo, la sombrilla se movía levemente y el sol
inestable no lograba calentarme. Algo así como un silbido en la calle
estimulaba mi memoria. No fui conciente hasta que la melodía se acercaba. Pasos
decididos cerca de la puerta y luego el timbre insistente. Lo reconocí
inmediatamente, solo que mi orgullo y mi desnudez impedían que dejara la
reposera. Días atrás hubo un café de despedida y no estaba dispuesta a abandonar
la rabia que me produjo el momento en que se fue.
El silbido se
acalló, los pasos se alejaron, ahora el sol se recortaba nítido sobre el azul
del cielo y todo lo inestable se volvió estable cuando tomé la decisión de no
abrir. El orgullo no era tal, simplemente una nueva etapa comenzaba en mi vida.
La vida está llena de etapas.Yo también estoy empezando una nueva a la que tendré que aceptar y empezar a aprender a vivirla.Besicos
ResponderBorrarVivimos momentos en los cuales tenemos que cambiar el rumbo. A veces esto nos hace más fuertes a la vez nos sirve de experoiencia. Pero nunca olvidamos el momento primero.
ResponderBorrarUn abrazo amiga.
CHARO: así es amiga. Seguro que será positiva junto a tu familia y amigos. Te abrazo con cariño
ResponderBorrarJOSEFA: gracias por pasar por aquí. Todo deja una experiencia, en nosotras está tomar lo positivo de ello y la enseñanza que deja. Beso
A veces, para dejar las cosas atrás y cambiar nuestra vida, necesitamos de una barrera física que contenga el pasado.
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