Y no fue más que un pollo clásico, rodeado por un cortejo
de papas con un rojo ají por corazón,
vestido con un manto de cebollas en innumerables capas transparentes y
una lluvia de orégano que cual papel picado, lo coronaba en su carnaval de
fuego y de amor, sal y pimentón sobre el manto. El pollo fue y junto
a su séquito de papas desparramó amor y vitalidad con un dorado
resplandor de oro en el final.
El pollo está riquísimo de cualquier forma que se cocine, al menos a mí me encanta.Besicos
ResponderBorrarBenditos pollos que nos alegran la existencia.
ResponderBorrarBesos.
¡Hola Rosa!!!
ResponderBorrarBien, me gustan las letras con que adobaste el pollo y a ensalzar su sabor. Seguro que salió riquísimo, A mí particularmente, es la carne que más me gusta.
Ha sido un inmenso placer pasar a saborear un poco de tu estofado.
Te dejo un abrazo, mi gratitud y mi estima siempre.
Se muy muy feliz.
Los pollos son muy solidarios.
ResponderBorrarAMIGOS Y AMIGAS... A que los sorprendí! Jajaja... cada uno me dio su versión de los gustos culinarios y de sabor que tienen. La verdad que hay que ser muy malo en la cocina para que fracase un plato hecho con pollo. Gracias por venir, aunque no quedó ni el olor...Un abrazo grandote a todos.
ResponderBorrarAh me encantó tu manera de presentarlo. Menos mal que ya cené.
ResponderBorrarcariños
jajaja... Gracias. Beso
ResponderBorrarEl pollo nos deleita la vida, con su gracia antes...y con su carne después.(Que me perdonen los vegetarianos)
ResponderBorrarAbrazo.
Verdad, no lo había mirado de esa manera. Beso
ResponderBorrarEl pollo fue deleite que voló y no precisamente por que tuviera alas, sino por que de tan delicioso que me parece a mí quedó no dejaron ni rastro en el plato ¿me equivoc?
ResponderBorrarMuchos besitos mi querida Rosamaría.
FG: No te equivocas... Lo disfrutamos en familia . Besos y hasta pronto.
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