En los Balcanes, se denomina virgen juramentada ó virgen jurada, (en inglés sworn virgin, en
albanés virgjineshtë), a la mujer que renuncia a las relaciones sexuales y al
matrimonio y ocupa el papel de hombre en la familia.
Antes, debe jurar ante los ancianos de la comunidad o del
pueblo y a partir de ese momento es tratada como un hombre por la sociedad a la
que pertenece. Debe usar ropa masculina, armas y puede tomar la posición de
jefe de la familia. Las principales razones que desencadenan este comportamiento
son evitar un matrimonio no deseado o la falta de un hombre en la familia y el
estado de inseguridad de las normas establecidas, negándoles la posibilidad de
relaciones sexuales y por lo tanto impidiendo la maternidad, a cambio de una
autoridad casi análoga a los hombres, aunque sin voz y voto en los consejos
comunales.
Las vírgenes juramentadas son la única forma
institucionalizada de cambio de género en Europa. Comportamientos similares han
sido observados en algunos pueblos de América del Norte y Asia. En la
actualidad viven todavía algunas docenas de vírgenes juramentadas en Albania,
que procedentes todas ellas de la zona norte del país, el área más
tradicionalista. En los últimos años, su especial forma de vida ha atraído la
atención de los estudiosos y los medios de comunicación.
La existencia de vírgenes juramentadas es mencionada por
primera vez por viajeros europeos occidentales a fines del siglo XIX. El
fenómeno ocurre entre los albaneses, los eslavos del sur y los gitanos, así
como en menor medida entre los rumanos y los griegos, sin diferencias entre las
distintas confesiones religiosas. La institución se reducía a regiones
agrícolas remotas, donde se continuaba viviendo en grupos de familias y clanes
arcaicos. Mientras que este comportamiento se mantuvo extendido entre estos
pueblos hasta bien entrado el siglo XX, los cambios sociales y la modernización
de las últimas décadas han provocado la práctica desaparición del fenómeno. Únicamente
en Albania viven todavía unas 40 vírgenes juramentadas.
En las sociedades tribales del sudeste de Europa, las mujeres solo podían evitar un matrimonio
acordado por la familia si pasaban simbólicamente a ser hombres. Viviendo desde
ese momento como hombre, la mujer evitaba así a su familia la deshonra que
sufrirían si se hubiese roto la promesa de matrimonio.
La segunda razón para vivir como virgen juramentada era la
falta de un jefe de familia masculino, que hubiese dejado desprotegidas a las
mujeres de la familia y a la familia misma sin sitio en el consejo de la
comunidad. Si no había hijos que pudiesen tomar el relevo, una hija soltera
tomaba la posición, viviendo desde ese momento como hombre y como jefe de
familia. La falta de miembros de la familia masculinos en el sudeste europeo
tiene a menudo su origen en la venganza institucionalizada que se encontraba
muy extendida y en la que a menudo se asesinaba a todos los hombre de la
familia. Con una mujer como jefe del clan familiar, el problema podía ser
solucionado por lo menos por una generación. Pero la existencia de la familia
sólo estaba asegurada si todavía vivían niños menores que pudiesen tomar
posteriormente la posición de su tía.
La mujer se presentaba ante un gremio al que pertenecían los
doce hombres más importantes del pueblo y juraba castidad. Posteriormente podía
llevar armas y tomar la jefatura de la familia. Con este papel era reconocida y
respetada como miembro de pleno derecho en una sociedad dominada por los
hombres. Aunque la toma del papel masculino debía realizarse de forma voluntaria,
en realidad, a menudo la presión de los miembros del clan tenía una gran
importancia.
Las vírgenes son muchachas que llevan ropas de hombre, no
son tratadas por las otras mujeres de forma especial, pero son libres de
permanecer entre hombres, sin vo, en el consejo y tienen derecho a heredar.
En el norte de Albania, los derechos de una virgen
juramentada están fijados en el derecho consuetudinario, el Kanun. Desde el
siglo XV una serie de tribus balcánicas han
seguido este código arcaico de ley que prohíbe a las mujeres votar,
conducir, ganar dinero o usar pantalones. El Kanun afirma que las mujeres son
consideradas como propiedad de sus maridos.
Para evitar una vida de sumisión y servidumbre, algunas
mujeres están dispuestas a revocar su género y renunciar a su sexualidad. Al
cambiar su ropa, cortar el pelo, cambiar sus nombres y hasta adoptar una
arrogancia masculina, las mujeres tienen acceso a oportunidades normalmente
reservadas a los hombres. El sacrificio final es el voto de celibato, haciendo
la promesa de permanecer virgen toda la vida.
En los últimos años las mujeres albanesas han logrado ganar
más independencia, quedando pocas mujeres-hombres, en su mayoría residentes en
los pueblos pequeños.
El Kanun [1], llamado formalmente Kanuni i Lekë Dukagjinit (español: "El Código Lekë
Dukagjini") es un conjunto de leyes desarrollado por Lekë
Dukagjini, en vigor sobre todo en el norte Albania y Kosovo desde el siglo XV hasta el XX, y que se ha restablecido
recientemente tras la caída del comunismo a principios de la década de 1990.
Es un conjunto de leyes consuetudianario, transmitido de
generación en generación, y que no se codificó ni transcribió hasta el siglo
XIX por Shtjefën
Gjeçov. Aunque el Kanuni se atribuye al príncipe albanés Lekë
Dukagjini, sus normas evolucionaron hasta constituirse en una forma de
proporcionar tanto leyes como gobierno a esas tierras. El código se divide en
las siguientes secciones: Iglesia, Familia, Matrimonio, Casa, Ganado y
Propiedades, Trabajo, Transmisión de la Propiedad, Palabra, Honor, Daños, Ley
concerniente al Crimen, Ley Judicial, y Exenciones y Excepciones.
Más información en:
http://es.wikipedia.org/wiki/Kanun
Fuentes:
Que curioso lo que cuentas, lo desconocía y me ha parecido muy fuerte que unas mujeres tengan que renunciar a su condición de mujer y a la maternidad aunque lo hagan voluntariamente creo que se sentirán presionadas por sus circunstancias.Besicos
ResponderBorrarEs tal como dices.
ResponderBorrarVi un reportaje sobre ello y aluciné...
Besos.
Gran reaportaje, hay tantas cosas que uno desconoce.
ResponderBorrarCHARO: viste que curioso? Impensado por mi... Son otras culturas, otras costumbres y además como es heredado ya lo incorporan a su vida de pequeñas. Gracias por venir. Besos.
ResponderBorrarTORO SALVAJE: Llama realmente la atención, además el aspecto y postura varonil con un dejo de femineidad apenas perceptible... o será que al asociarlo lo veo así.
Un gran abrazo para un gran poeta.
BORIS ESTEBITAN: Hola Boris, también a mí me asombró, pero hay de todo en la viña del señor... Beso y gracias por visitarme.
Sencillamente deplorable. Menos mal que es una costumbre en extinción, Rosa María.
ResponderBorrarAbrazo.
ESTEBAN LOB: Realmente triste; no sé si estará en extinción pues estas costumbres están muy arraigadas en lugares donde no hay adelantos, estudio o trabajo. Gracias por venir. Beso.
ResponderBorrar¡Qué diversa es esta vieja Europa!
ResponderBorrarTAWAKI: y qué lo digas y cuánto falta por saber del mundo todo! Besos amigo.
ResponderBorrar¡Qué tema tan interesante! Y, la verdad, desconocía esta curiosa situación de las mujeres: mira, podía ser una salida para las lesbianas...
ResponderBorrarYa he empezado a publicar en el Juego de la palabra dada, ahora me falta un tema de algún interés y buscar fotos para mi gato. Un abrazo. Franziska
FRANZISKA: qué alegría me da tu visita! Este tema es otra cosa, otro sentir y obrar. No creo que sea placer y las lesbianas de hoy en día no se aislan sino simplemente viven su pareja en un mundo que cambió y se abrió, mostrándose sin tapujos. Ninguna de las dos formas me parecen mal, simplemente son sentimientos y costumbres diferentes, que además, siempre existieron pero como ves en el artículo, soterradas. Besos grandotes y bienvenida...
ResponderBorrarQue post más alucinante. No sabía de la existencia de mujeres juramentadas. Cuántas historias envuelven a la humanidad.
ResponderBorrarcariños
NÉLIDA: pues si... por eso lo puse, yo tampoco sabía de su existencia. Gracias por tu visita. Abrazote.
ResponderBorrarGracias por contarlo RosaMaría, son decisiones de vida y de organización en esos lugares quizá aislados donde deben fortalecerse y cuidarse.
ResponderBorrarUn abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarUna entrada muy muy interesante, Rosa María. Ignoraba lo de las Vírgenes Juramentadas O_O
ResponderBorrarMuchos besos
(Confundí tu nombre. Tengo un cacao mental impresionante)
GUMER PAZ: gracias, contesté por tu blog, me encanta la fotografía, pero no soy muy aplicada así que te admiro. Beso
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