Si bien muchos árboles tienen cortezas atractivas, las que más se lucen en invierno son las de los caducos. Al quedar sin follaje, se puede apreciar el encanto de las ramas
Lisas o rugosas, de tonos apagados o vibrantes, las cortezas tienen valor ornamental. Eso no siempre se observa al proyectar un jardín. En espacios amplios, para lograr un contraste conviene agrupar los árboles caducos sobre un fondo de coníferas.
En lugares reducidos, pueden ubicarse aislados en medio del césped, como punto focal.
El plátano y los eucaliptos desprenden placas de corteza. Los demás las mantienen intactas. Estas pueden ser lisas, rugosas (alcornoque y fresno) o con manchas (lagerstroemia).
Entre las variedades coloridas, las más populares son las de abedul (Betula sp): en el caso del blanco, cuanto más joven es el árbol más puro resulta el tono; mientras que el Golden Cloud es inmaculado.
Por otro lado, el Betula nigra es marrón rojizo. Al desprender su corteza, contrasta con la base y vuelve el tronco atractivo.
También los sauces (Salix sp) son decorativos. El eléctrico tiene ramas retorcidas y una corteza bien amarilla.
El Salix magnifica, de porte arbustivo, es rojizo, particularmente en los brotes.
El mimbre amarillo (Salix vitellina Aurea) resplandece con sus ramas doradas y arqueadas. En los dos últimos casos debe realizarse una poda corta al comienzo de la primavera.
Dentro del grupo de árboles de follaje persistente están el Eucalyptus globulus y el Viminalis. Poseen una corteza lisa, grisácea o blanquecina que se desprende en largas tiras.
También son atractivos los verdaderos guayabos, que tienen un tronco canela, similar al de las lagerstroemias.
Los arbustos más llamativos por sus tallos son los del género Cornus, sobre todo los de ramaje rojo sangre (Cornus alba Elegantissima y Cornus sanguinea) o amarillo (Cornus stolonifera Flaviramea). Todos muy ramificados, deben podarse cada año para que crezcan los nuevos tallos coloridos.
(Esta nota es una producción especial de la Revista Jardín para LA NACIÓN)
los árboles son hermosos, SIEMPRE!!
ResponderBorrarPetonets
Encarna
Adoro los árboles y odio los incendios que año a año destruyen más espacios arbolados.
ResponderBorrarVaya ya veo que estás muy "puesta" sobre árboles, aunque yo no sepa mucho sobre ellos y a veces ni siquiera sé el nombre sin embargo me fascinan y creo que habrná pocos placeres cómo el de tumbarseen verano en el suelo bajo la sombra de un buen arbol.Besicos.charo
ResponderBorrarJESUS Y ENCARNA: gracias por pasar, estuve por tu blog y como siempre me maravillé con el arte de la familia. Me encantó.
ResponderBorrarFONSILLEDA: también yo, es terrible ver el estado de un lugar cuando el fuego se apaga. Es la tristeza infinita de la muerte, es negro. Gracias amiga.
CHARO: No es que sepa mucho, realmente ´lo único que se es admirarlos. Recuerdo en el Pque. Sta. Margarita en Coruña que era un goce pasear entre ellos,ver las variedades y admirar al denodado eucaliptus, cuando desprendía sus láminas de corteza. Además el olor y el clima que se genera en el lugar es salud y placer.
Un abrazo y gracias por pasar por aquí.
Lindo post sobre los árboles y la manera de identificarlos
ResponderBorrarUn beso
Tengo un guayabo en el jardincito, el de guayabas verdes, no el del dulce que son frutos amarillos, la flor es hermosisima!!!.
ResponderBorrarCariños y buena semana!!!!
Pocos son los que conozco, sin embargo me encantan. Mi preferido es el sauce llorón desde bien pequeña, no sé el porqué pero tiene algo que siempre me ha gustado.
ResponderBorrarQue tengas una muy buena semana. besos!!
ALMA: gracias por venir, sí que me gustan, ayer mismo estuve por mi barrio de Caballito, barrio de mi juventud, y he visto maravillosos y añejos ejemplares. Pero no los puedo aburrir con el sentimiento que me producen a cada rato.
ResponderBorrarABUELA CIBER: Querida co-abuela, poné la foto que quiero verlo, la naturaleza es tan generosa, nos alegra y conmueve sin pedir nada más que un poco de cuidado. Besos y gracias por tu comentario.
FUGAZ: Querida amiga, no hace falta conocerlos, simplemente son un milagro que tenemos y poco miramos.Te cuento que son pocos los ejemplares autóctonos de sauces nuestros, en Pque Rivadavia vi uno al lado de la fuente que es originario de Japón, el tronco y las ramas tiene una plasticidad increíble, como si danzara enviando sus ramas hacia el piso. Como dije antes no puedo aburrirlos con todos los que me encantan, solo disfrutarlos y fotografiarlos para mi solaz. Te mando un abrazo cariñoso
Los árboles son algo maravilloso: una calle de ciudad llena de ellos es un lugar mágico, que enseña a amar la vida.
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