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25 marzo 2012

MERCADO DE POMPEYA

Domingo de fiesta para mí. Me encanta recorrer lugares típicos y éste está situado en el Barrio de Pompeya de la Ciudad de Buenos Aires.
Venden plantas con todo lo que se necesita para ellas, por supuesto compré tres cretonas diferentes y tres cactus que no tenía. Todo a menor precio que en los viveros. En la foto vemos a mi hermano preguntando  Él fue quien nos llevó hasta allí, nos acompañó una amiga en común que necesitaba una cobaya.

Venden diferentes pájaros a precios muy disímeles... uno alemán costaba 400 pesos... Y también venden lo necesario para contenerlos y alimentarlos.
Este que sigue me pareció precioso, pintado con delicadeza y seguramente con cariño...

No podía faltar el experto, en varios tipos de aves y plantas asesorando con libros y CD, referidos al tema que uno solicite y con grabaciones del canto de las aves.
El local para colombófilos...


Orquídeas... y todo lo necesario para plantas.
Aquí peces... La señora está seleccionando el "limpia cristales" que compré, ya que en realidad fui solo para eso.
Mi hermano compró un "Emperador", él tiene de agua caliente, los míos son de agua fría.
Más de todo...

Nuestra amiga encontró una  cobaya pelirroja, ya que su cobayo estaba necesitando un amor, así que eligió esta preciosura... Esperemos que le agrade.

Mi limpia vidrios está en el fondo... imagino que también limpiará el fondo de la pecera, y mis tres cretonas.

 Los tres cactus... Los dos de la derecha creo que son el mismo, pero el nuevo brazo que sacó está precioso. Y también compramos algas para repartir entre mi hermano, mi hermana y yo.
Aquí plantas acuáticas.



Y así termina el paseo. Ya desde el coche saqué foto de la Iglesia del Barrio de Nueva Pompeya.
En el enlace que les dejo está el origen del nombre de la imagen de Nuestra Señora del Rosario de Pompeya.


Les dejo el enlace para visitar el populoso Barrio ya que es la vía de comunicación hacia el Sur.
El famoso Puente Alsina, inspirador de tantos poetas y tangueros comunica hacia Lanús. Vale la pena verlo.
Si entran encontrarán un amplia descripción de todo y les puedo asegurar que es muy interesante, incluídos más enlaces a letras de tango.

http://www.pompeyavirtual.com.ar/depaseo_iglesia.html

17 marzo 2012

LA AVENTURA DEL CONOCIMIENTO Y DEL APRENDIZAJE

La velocidad nos ayuda a apurar los tragos amargos. Pero esto no significa que siempre debamos ser veloces. En los buenos momentos de la vida, más bien conviene demorarse. Tal parece que para vivir sabiamente hay que tener más de una velocidad. Premura en lo que molesta, lentitud en lo que es placentero. Entre las cosas que parecen acelerarse figura -inexplicablemente- la adquisición de conocimientos.
En los últimos años han aparecido en nuestro medio numerosos institutos y establecimientos que enseñan cosas con toda rapidez: "....haga el bachillerato en 6 meses, vuélvase perito mercantil en 3 semanas, avívese de golpe en 5 días, alcance el doctorado en 10 minutos....."

Quizá se supriman algunos... detalles. ¿Qué detalles? Desconfío. Yo he pasado 7 años de mi vida en la escuela primaria, 5 en el colegio secundario y 4 en la universidad. Y a pesar de que he malgastado algunas horas tirando tinteros al aire, fumando en el baño o haciendo rimas chuscas.

Y no creo que ningún genio recorra en un ratito el camino que a mí me llevó decenios.

¿Por qué florecen estos apurones educativos? Quizá por el ansia de recompensa inmediata que tiene la gente. A nadie le gusta esperar. Todos quieren cosechar, aún sin haber sembrado. Es una lamentable característica que viene acompañando a los hombres desde hace milenios.

A causa de este sentimiento algunos se hacen chorros. Otros abandonan la ingeniería para levantar quiniela. Otros se resisten a leer las historietas que continúan en el próximo número. Por esta misma ansiedad es que tienen éxito las novelas cortas, los teleteatros unitarios, los copetines al paso, las "señoritas livianas", los concursos de cantores, los libros condensados, las máquinas de tejer, las licuadoras y en general, todo aquello que ahorre la espera y nos permita recibir mucho entregando poco.

Todos nosotros habremos conocido un número prodigioso de sujetos que quisieran ser ingenieros, pero no soportan las funciones trigonométricas. O que se mueren por tocar la guitarra, pero no están dispuestos a perder un segundo en el solfeo. O que le hubiera encantado leer a Dostoievsky, pero les parecen muy extensos sus libros.

Lo que en realidad quieren estos sujetos es disfrutar de los beneficios de cada una de esas actividades, sin pagar nada a cambio.

Quieren el prestigio y la guita que ganan los ingenieros, sin pasar por las fatigas del estudio. Quieren sorprender a sus amigos tocando "Desde el Alma" sin conocer la escala de si menor. Quieren darse aires de conocedores de literatura rusa sin haber abierto jamás un libro.

Tales actitudes no deben ser alentadas, me parece. Y sin embargo eso es precisamente lo que hacen los anuncios de los cursos acelerados de cualquier cosa.

Emprenda una carrera corta. Triunfe rápidamente.

Gane mucho "vento" sin esfuerzo ninguno.

No me gusta. No me gusta que se fomente el deseo de obtener mucho entregando poco. Y menos me gusta que se deje caer la idea de que el conocimiento es algo tedioso y poco deseable.

¡No señores: aprender es hermoso y lleva la vida entera!

El que verdaderamente tiene vocación de guitarrista jamás preguntará en cuanto tiempo alcanzará a acompañar la zamba de Vargas. "Nunca termina uno de aprender" reza un viejo y amable lugar común. Y es cierto, caballeros, es cierto.

Los cursos que no se dictan: Aquí conviene puntualizar algunas excepciones. No todas las disciplinas son de aprendizaje grato, y en alguna de ellas valdría la pena una aceleración. Hay cosas que deberían aprenderse en un instante. El olvido, sin ir más lejos. He conocido señores que han penado durante largos años tratando de olvidar a damas de poca monta (es un decir). Y he visto a muchos doctos varones darse a la bebida por culpa de señoritas que no valían ni el precio del primer Campari. Para esta gente sería bueno dictar cursos de olvido. "Olvide hoy, pague mañana". Así terminaríamos con tanta canalla inolvidable que anda dando vueltas por el alma de la buena gente.

Otro curso muy indicado sería el de humildad. Habitualmente se necesitan largas décadas de desengaños, frustraciones y fracasos para que un señor soberbio entienda que no es tan pícaro como él supone. Todos -el soberbio y sus víctimas- podrían ahorrarse centenares de episodios insoportables con un buen sistema de humillación instantánea.

Hay -además- cursos acelerados que tienen una efectividad probada a lo largo de los siglos. Tal es el caso de los "sistemas para enseñar lo que es bueno", "a respetar, quién es uno", etc.

Todos estos cursos comienzan con la frase "Yo te voy a enseñar" y terminan con un castañazo. Son rápidos, efectivos y terminantes.

Elogio de la ignorancia: Las carreras cortas y los cursillos que hemos venido denostando a lo largo de este opúsculo tienen su utilidad, no lo niego. Todos sabemos que hay muchos que han perdido el tren de la ilustración y no por negligencia. Todos tienen derecho a recuperar el tiempo perdido. Y la ignorancia es demasiado castigo para quienes tenían que laburar mientras uno estudiaba.

Pero los otros, los buscadores de éxito fácil y rápido, no merecen la preocupación de nadie. Todo tiene su costo y el que no quiere afrontarlo es un garronero de la vida.

De manera que aquel que no se sienta con ánimo de vivir la maravillosa aventura de aprender, es mejor que no aprenda.



Yo propongo a todos los amantes sinceros del conocimiento el establecimiento de cursos prolongadísimos, con anuncios en todos los periódicos y en las estaciones del subterráneo.

"Aprenda a tocar la flauta en 100 años".

"Aprenda a vivir durante toda la vida".

"Aprenda. No le prometemos nada, ni el éxito, ni la felicidad, ni el dinero. Ni siquiera la sabiduría. Tan solo los deliciosos sobresaltos del aprendizaje".

ALEJANDRO DOLINA
"GENIO Y FIGURA HASTA LA SEPULTURA.."

01 marzo 2012

LA EXTRAÑA PLANTA

Planté unas semillas que salieron de los "farolitos chinos" verde suave que se ven en la imagen de abajo... Ahora ya está crecida, aparentemente cuando se rompen estos farolitos las semillas se esparcen y crecen casi solas.
Esta foto la tomé de una casa que fue donde yo recogí las que tiraron en la calle y que planté una rama directamente. Al ver que "no pasaba nada", abrí un farolito y dentro encontré que protegidas con una especie de algodón, estaban las semillas negra, más o menos 6 u 8, tamaño menor que una lenteja chica.

Procedí a plantarlas y todas agarraron bien, ya dí varios retoños y el mío es el que ven al principio, ya a punto de cuajar los farolitos.

Ahora bien: No sé como se llama es por eso que publico las fotos pues mi amigo bloguero PABLO, se ofreció gentilmente a tratar de decirme su nombre. De paso los invito a que visiten su blog que enlacé para que también lo disfruten.
Las fotos no estan muy buenas pues no siempre llevo la cámara conmigo y están sacadas con celular.