Militar y político nacido en Yapeyú,
provincia de Corrientes, Argentina el 25 de Febrero de 1770. Falleció en el
exilio en Boulogne-Sur-Mer, Francia el día 17 de Agosto de 1850.
A los seis años su familia se radicó en
Cádiz, fue en Málaga donde estudios en el Real Seminario de nobles y en la
escuela de Temporalidades de Málaga, luego hizo su carrera militar en Murcia.
Combatiendo en África contra la dominación Napoleónica en España.
Siendo Teniente Coronel a los 34 años
regresa a Buenos Aires, donde se pone al servicio de las Provincias Unidas del
Río de La Plata, donde crea el Regimiento de Granaderos a Caballo. Reemplaza a
Manuel Belgrano donde toma la jefatura del Ejército del Norte. Es allí donde
concibe la idea de liberar a los países hispanoamericanos de la dominación
realista.
Nombrado Gobernador de Cuyo en Mendoza es
donde ideó la gran epopeya emancipadora de los tres países: Argentina, Chile y
Perú.
Después de organizar sus tropas cruza la
Cordillera de los Andes y derrota a los realistas en las batallas de Chacabuco
y Maipú, hazaña que así contada parece fácil. Solo falta imaginar las dificultades de semejante cruce a caballo
y mulas con todo lo necesario para la lucha y la supervivencia para apenas
comprender la trascendencia de semejante empresa.
En Chile San Martín decidió apoyarse en
O´Higgins puesto que en Chile había dos bandos irreconciliables: los
conservadores y los que respondían a José Miguel Carreras que fue destituido y
expulsado de Mendoza. Entre derrotas y triunfos en los que se destacaron varios
patriotas, O´Higgins y San Martín se mantuvieron siempre en contacto armando
diferentes estrategias.
O´Higgins fue herido en la batalla de Cancha Rayada, no participó en la batalla del día 5 de abril de 1818 y fue allí en Maipú donde los realistas fueron totalmente vencidos.
O´Higgins se presentó al final donde se dieron un abrazo montados en sus caballos.
Luego de recibir instrucciones del Senado
de Chile que armó la Primera Flota Nacional de Chile y nombrado ad honoren como
capitán, San Martín partió de Valparaíso en Chile el 20 de agosto de 1820.
Fueron ocho navíos de guerra y tres transportes.
Llegaron el 8 de septiembre de 1820 a
Perú. Allí hubo negociaciones que siempre fracasaron, batallas en las sierras, embarcos
y desembarcos, estrechando el cerco a Lima.
Allí atacó el centro del poder en Lima,
Perú declarando su independencia en 1821.
San Martín proclamando la Independencia del Perú frente a la multitud
reunida en la Plaza de Armas de Lima (óleo de Juan Lepiani, en el Museo Nacional de
Arqueología, Antropología e Historia del Perú)
El 26 y
27 de Julio de 1822 se entrevistó secretamente en Guayaquil con Simón José
Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios, más conocido como Simón Bolívar.
Allí le entregó su ejército y la meta de finalizar la liberación de Perú.
San Martín fue un hombre con grandeza en
las batallas y en la vida personal. Renunció con obstinada coherencia a asumir
el poder político.
Al llegar a Buenos Aires en 1813 conoció a
María Remedios de Escalada de 14 años de edad, con quien contrajo matrimonio el
12 de Noviembre en la Catedral porteña. Ella fue la que donó todas sus joyas,
gestos que imitaron las damas de la sociedad para contribuir a restaurar el
ejército después de las penosas batallas por la Independencia. En 1816 nació su
única hija Merceditas, que fue su consuelo en los últimos años.
Estando en Mendoza pidió permiso para ver a
su esposa que estaba enferma, le fue denegado y cuando se lo otorgaron ella había fallecido el 3 de agosto de 1823.
Desalentado por las luchas entre Unitarios
y Federales y acusado de conspiración, el 10 de febrero de 1824 partió con su
hija hacia Francia.
En 1825 redactó las Máximas para
Merceditas donde sintetizaba sus ideales educativos. En 1829 intentó regresar a
Buenos Aires permaneciendo a bordo de incógnito pero al ser descubierto partió
para Montevideo, regresando a Francia después de tres meses.
En 1836 tuvo una nieta llamada Josefa a
quien le decían Pepita, ella adoraba a su abuelo y él la dejaba jugar con sus
medallas. Fue la encargada de atender a su abuelo que la adoraba y de recopilar
cartas, documentos y legados. Sabía varios idiomas y siempre mantuvo contacto con
Argentina aunque nunca pudo cumplir su sueño de conocer “a su amada argentina”
como decía, pues falleció joven. También fue la que consiguió el traslado a
Argentina de los restos de su abuelo en 1880
En el exilio fue visitado por su gran
amigo Tomás Guido con quien se mantenía en contacto recibiendo noticias de su
país. También lo visitaron Juan Bautista Alberdi y Domingo Faustino Sarmiento.
Aquejado de reuma, de una gran nostalgia
por su patria y casi sin vista falleció el 17 de agosto de 1850
Triste destino de los grandes de la
historia que parece no terminar en el mundo.