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13 octubre 2007

Actuación en Viveiro - LUGO

Es feriado... por fin... tuve unos días moviditos de ensayos y actuaciones. Y el trabajo no espera, al contrario, se acumula porque hay que adaptar los horarios. Es verano Agosto del 07... La última actuación estuvo fantástica. Salimos el sábado a las 18 y llegamos tipo 20 hs. a Viveiro donde actuábamos con otras corales: 1º la de Lugo, 2º la de Gijón 3º nosotros y 4º la de Viveiro. Estaba muy bien preparado, al aire libre, menos mál que no llovió...(hoy lo hizo a mares). Todo Galicia está en fiestas y son muchas las actuaciones nuestras y de otras regiones al aire libre. Además, en distintas partes de la ciudad hay exposiciones, ferias de libros, de pintura, de artesanías, la feria Medieval (de la que ya puse fotos en este blog) y festivales de rock y otros cantantes a la orilla del mar, todo al aire libre. El verano es desbordante en ésta región. Llegamos. Viveiro me sorprendió (está en Lugo) es progresista y muy moderna no en sus edificios que siguen las características del acristalado de Coruña, sino en las glorietas para estar al aire libre, y todo está puesto muy prolijo. Nos cambiamos de ropa en el Teatro. Nuestra Coral Polifónica Follas Novas de A Coruña, puso el bus que nos trasladó hasta Lugo. Actuamos al aire libre en un escenario muy bien implementado y con la plaza llena de público. Nos aplaudieron, aplaudimos a las demás y volvimos a cambiarnos nuevamente al teatro. Ya sabíamos que había cena luego, pues también en Coruña nos ofrecen cena después de las actuaciones: tortilla, empanada gallega, fiambre, en algunos casos pizza y croquetas, en otros las clásicas papas fritas de bolsa, aceitunas y algunos melindres, más bebidas. Así que ya sabíamos lo que había más o menos. No pude menos que hacer la comparación con el día que actuamos al aire libre en los Jardines de Mendez Núñez en Coruña. No nos pusieron ni micrófono y eso que vino la orquesta joven de Valencia, así que no se escuchaba nada, pues aparte de tener que vencer a la orquesta que estaba delante, estaban los autitos chocadores, las calesitas de los niños, las casas regionales, todo mezclado. Nosotros desgañitándonos y la gente protestando porque no se escuchaba nada, especialmente al solista que no pudo lucir su voz. Otra fue que no hubo ningún representante del ayuntamiento. En cambio, la representante de los organizadores de Viveiro estuvo en todo momento preguntando si necesitábamos algo. Luego de la actuación que salió redonda, vino a notificarnos que previo cambiarnos de ropa nuevamente, iríamos al lugar que nos tenían designado para la cena. Debíamos seguir a los buses de las otras corales, era noche cerrada pues aunque amenazó lluvia en todo momento ésta no llegó para bien de los que concurrieron a vernos a actuar. Pasaron 15 minutos de viaje, pensábamos...”se olvidaron” , el bus se internaba por caminos laterales donde no se veían casas más que a trechos. Al fin nos metimos por un camino donde los buses apenas entraban y llegamos al lugar designado para la cena de agradecimiento a los actuantes. Todo era oscuridad alrededor pero el restaurante era de película: Louzao... No me acuerdo si es con s... Delante un local amplísimo repleto de gente, y detrás, 3 carpas blancas estilo americano, forradas por dentro con cortinados blancos. Las sillas y manteles en blanco. Una carpa, la más grande, para las 4 corales donde nos ubicamos a piaccere. Comentábamos: “¡Qué lujo para unos entremeses..!” Después de esperar unos 15 minutos, (eran como las 12,30), llegaron los mozos todos de etiqueta y muy erguidos portando con gran destreza bandejas llenas de camarones, comimos con buenísimo vino Godello blanco (de Galicia) que la mayoría alabó y Rioja tinto, que degusté con placer, agua y gaseosas que solo pocos tomamos. Retiraron los platos. Al rato vinieron con bandejas llenas de cigalas, una por persona abiertas al medio y asadas. Mientras quitaban los desechos de las cigalas que estaban buenísimas, dijimos: “Bueno ya nos podremos retirar..” Eso no terminó allí. Aparecen los camareros portando algo más insólito... Nos pusieron un Santiaguiño por persona. Este marisco es una especie rara que se da en Galicia, carísimo y difícil de conseguir. Es pequeño, rojo muy oscuro con el caparazón fuerte como el de las cigalas, pero lo dicho, más pequeño, mide poco menos de 10 cms estirado, y curiosamente sobre la parte de la cabeza tiene la cruz de Santiago en color granate casi negro, grabada como si fuera a fuego o tatuada.. Curiosidades de la naturaleza... Muy rico, con una parte que trae corales muy delicados de sabor. Una auténtica joya de estos mares. Sin retirar los platos vemos con asombro, entrar nuevamente a los mozos. Esta vez las bandejas venían llenas de lubrigantes, sus bigotes colgaban por los costados... Nos sirvieron medio lubrigante a cada uno. A todo esto me olvidaba de contarles que habían traído salseras diversas: Salsa Golf (que aquí llaman salsa rosa), Mayonesa y Mayonesa de pepinillos en vinagre para acompañar los mariscos, de las cuales no me puse ninguna pues me gusta el sabor natural de estas piezas.. Finalmente retiraron todo y trajeron bols individuales con agua y limón para limpiarse los dedos. A este punto estábamos saturados y alegres, pues el vino corría por las gargantas sin detenerse. Algunos ya empezaban a cantar, no se olviden que éramos cuatro corales y éramos muchos integrantes. (Habría un promedio de 60 por coral) Comer tanto marisco junto es un despropósito. Pero bienvenido era entre risas, e idas y venidas a confraternizar por las mesas con los otros coralistas. Más vino... del que yo pasaba... algunos chispeando... algunas también... Y nuevamente los de negro con bandejas... Yo no lo podía creer, llegamos a pensar que había fallado alguna boda y nos beneficiamos nosotros, no sabíamos cómo el Ayuntamiento se podía permitir tal banquete. Retomo... Los de negro traían las bandejas con carne al horno con patatas (papas) fritas y verduras varias a la plancha. “Bueno - decíamos - ¿y esto dónde lo metemos?” Pero nos lo comimos. Al rato aparecen con más carne y papas fritas por si queríamos repetir pero esta vez con morrones asados... ¿Quién se resiste a un morroncito con más carne... y porqué no unas papas fritas más..? ¡Adentro..!! Ya brindábamos de mesa a mesa y la delegada del Ayuntamiento vuelta a preguntar. si estábamos bien... Si queríamos algo más... ¡Una cama! Eran como las 2 de la mañana... Retiraron todo... pensamos: “Ahora vendrá un vasito de helado como nos dan los de Coruña..” Pues no. Era una señora copa adornada y todo. Fíjense que éramos cuatro corales...¡Qué organización y eficiencia la del restaurant..! En fin ya estábamos cantándonos de una mesa a otra y todas las voces al unísono, no hacía falta música, no la hubo, la pusimos nosotros. Qué buenas voces había, hay que ver lo que entona la gola el vino y en un lugar recogidito como ese más. Unos bailaban al compás de los cantos, otros charlaban, otros intercambiaban números de teléfono. Por supuesto hacía falta ir al baño... qué baños, todo automático...una gozada aliviarse en ese lugar recubierto de mármol veteado en ocre claro. Volví, pasé por otra mesa preguntando en broma si había quedado helado... risas... cantos... Fui a mi sitio. Comentábamos todo con entusiasmo... cuando aparece el metre con un helado para mí. Todos protestan... El metre dijo: “¡la señora estaba en el baño!!” Yo colorada como un tomate lo acepté, no iba a desdecir al gentilhombre, pero todos sabíamos que ya me había comido el primero... Seguía la "festa rachada"...(fiesta rayada) Vinieron los mozos... café... te... chupitos de licor de café, de aguardiente, de aguardiente con hierbas... de wisky... Yo pasé, no quería que el café o la bebida estropearan lo anterior. Con los dos helados que me había comido estaba haciendo la digestión como una boa constrictora. Aunque las boas no cantan y seguíamos cantando y bailando. El restaurante estaba cerrado, las luces apagadas... solo quedaba nuestra carpa, en medio de la noche y en la soledad de las afueras de Lugo. El ayuntamiento sabía lo que hacía nadie nos hubiera aguantado en otro lugar. Eran como las 3 de la mañana del domingo. Nos fuimos despidiendo como dice la canción "pouco e pouco marchándose vai... pouco e pouco marchándose vai" A los micros... emprender el regreso... A algunos le costó subir, pero todos son como una piña, buenísimos compañeros y compañeras. Se imaginarán que dormíamos... se equivocan, seguía el canto y uno de nuestros compañeros achispado pero muy alegre él, cuando veía que alguien se adormilaba gritaba: ¡COBARDE! Al mejor estilo Chiquito de la Calzada (un cómico de aquí) entonces nuevamente a cantar y hablar de la experiencia maravillosa que tuvimos. No faltaron canciones... se cantaba también tango, alguna zamba, en fin que estos coralistas son la monda (geniales), gente mayor con una alegría de vivir maravillosa lo mismo que sus voces. Dos hora más de canciones, charla y camaradería... Nos fuimos desgranando por el camino, yo bajé en la Plaza de Pontevedra. Venían algunos jóvenes de los pubs... ahora comprendo porqué los jóvenes llegan tan tarde a casa... “festa rachada”... y porqué duermen tanto después, porque encima ellos antes de ir a casa pasan a tomar chocolate con churros, costumbre muy generalizada en Galicia y a seguir charlando o... a hacer el amor... tal vez... o a esperar que se les pase la borrachera antes de llegar a casa.., pero no nos metamos con los chicos, dejémoslos que vivan su juventud... Fin de fiesta, domingo...no me acosté... estaba demasiado excitada para hacerlo. Poner las cosas en orden, tomar Hierba Luisa (Cedrón)... más hierba Luisa.., otra vez hierba Luisa y ahora sí, a dormir una hermosa siesta... Bueno hoy es lunes, todavía me estoy reponiendo, porque trabajar hay que trabajar igual. Veremos lo que nos depara la próxima actuación. Como todavía no tengo fotos de ese día, pongo la del Festival de Villancicos en El Palacio de La Ópera de la Coruña de Navidad del 2006. Prometo que pondré aunque sea las del restaurante que son las que saqué yo. Creo que se les habrá “hecho agua la boca”, no desesperen, tal vez algún día puedan viajar a ésta y probar todo lo que les nombré y más. Cordialmente a mis lectores: Rosa