Un tema que produce cierto malestar ¿Verdad?
Resulta paradójico pensar como un mismo acto puede ser tan disparmente
recibido a lo largo de las diferentes etapas de la vida y de la historia.
Lo que en un niño sólo nos produce una sonrisa conmiserativa, en un adulto y en nuestra sociedad occidental es recibido con una mueca de desagrado.
Lo que en un niño sólo nos produce una sonrisa conmiserativa, en un adulto y en nuestra sociedad occidental es recibido con una mueca de desagrado.
Sin embargo, no todas las culturas reciben o han recibido este acto de
“alivio personal” con idéntico desagrado, pues en el mundo árabe los comensales
no se limitarán a escuchar este “grato sonido” por parte de su compañero de
mesa, sino que las reglas del protocolo les permitirán asistir a un verdadero
duelo de eructos con el propio anfitrión. Esta es la señal que indica la plena
satisfacción por los manjares recibidos. A veces, incluso el cocinero se une a
este complaciente coro.
Volviendo al mundo occidental y, a pesar de nuestro remilgado rechazo al
eructo en la actualidad, no debemos olvidar que nuestros antepasados romanos lo
practicaban e incluso, podemos decir, que con cierto entusiasmo, como medida de
prevención de problemas intestinales.
Si acudimos a las fuentes clásicas muchas son las referencias a los aires contenidos y su recomendación de expulsión.
Si acudimos a las fuentes clásicas muchas son las referencias a los aires contenidos y su recomendación de expulsión.
La escuela de Salerno recoge en su Régimen sanitatis Salernitatum las
consecuencias médicas producidas al no expulsar los gases ocasionados por las
comidas:
"Cuatro males proceden del aire retenido en el vientre: espasmos,
hidropesía o sed rabiosa, cólicos y vértigo”
También Hipócrates hace mención al tema de los aires:
“Pero hay algunos que si salen de su norma no se librarían fácilmente de
sus consecuencias y padecerían lo indecible con alterar su régimen un solo día,
y si me apuras ni siquiera completo. En el caso de los que hicieran un almuerzo
no habitual, porque al momento se sentirán cargados y abotargados física y
mentalmente, llenos de somnolencia, amodorrados y sedientos; y si por añadidura
cenan, tendrán flatulencias, retortijones y vientre suelto. [...] Es más, si
intenta cenar, el alimento le resultará desagradable y no podrá tomar lo que
normalmente cena los días que ha hecho su almuerzo habitual: esos mismos
alimentos, al ir bajando con retortijones y ruido, provocan ardor de estómago y
son causa de insomnio y sueños agitados. Para muchos ése es también el comienzo
de una enfermedad.”
Hipócrates, Tratados hipocráticos, Sobre la medicina antigua.
Hipócrates, Tratados hipocráticos, Sobre la medicina antigua.
Galeno I, 35-36, explica los diferentes tipos de eructos:
"los eructos nidorosos (Del latín nidor, olor de una cosa quemada). (Dícese
de todo lo que presenta un olor de hidrogeno sulfurado o de huevos podridos) o de otro tipo,
como los que huelen a huevos fritos o a algo más fétido y podrido. Y el de los
eructos nidorosos admite haber ingerido después de una comida una torta
grasienta, como la elaborada con aceite e itrio. Y otro, el que eructa con olor
a huevos fritos, reconoce que sus eructos proceden de su ingestión. Un tercero,
después de haber tomado muchos rábanos, tiene eructos fétidos y podridos"
(Esclavos sirviendo banquete, mosaico de Cartago- Louvre-París)
Así pues, tras ver los problemas que ocasionan se recomienda:
“En cuanto a los aires y flatulencias
lo mejor es que salgan sin ruido y sin ventosear. Pero es mejor que salgan
incluso con ruido, que el que sean retenidas allí y se acumulen en el interior.
Aunque en el caso de salir así, indican que el individuo sufre algo o bien está
fuera de sus cabales, a no ser que el hombre actúe así de buen grado al expeler
sus aires”
Hipócrates, Tratados hipocráticos, El pronóstico.
“Cuando se tienen eructos sin dolor
en el epigastrio, hay que beber de cuando en cuando un poco de agua fría y no
agitarse […] cuando se tienen eructos amargos, acompañados de dolor y de
pesadez en el epigastrio, es necesario recurrir sin tardanza al vómito” Celso,
Los ocho libros de la medicina, X
Simón.- Y tú ¡por qué diablos me
eructas tu borrachera en la cara?
Pseúdolo.- ¿No ves que estoy completamente borracho?
Simón.- ¿Sigues eructándome a la cara?
Pseúdolo.- Mi eructo huele a rosas.
Plauto, Pseúdolo, VII, 1300
Pseúdolo.- ¿No ves que estoy completamente borracho?
Simón.- ¿Sigues eructándome a la cara?
Pseúdolo.- Mi eructo huele a rosas.
Plauto, Pseúdolo, VII, 1300
Claudio, conocedor de todos estos problemas, promulga un Edicto en el
que está permitido expulsar los gases en los banquetes:
“Se dice incluso que tras haberse enterado
de que un invitado había caído enfermo por contenerse para guardar las formas,
había proyectado promulgar un edicto para permitir expulsar los gases y las
ventosidades sonoras en medio del banquete”.
Suetonio, Vida de Claudio, V, 32
Suetonio, Vida de Claudio, V, 32
Pese a estar amparado por la ley, Plinio, el Joven, nos muestra la
discreción que caracterizó a Trajano:
“¿No comes siempre en público? ¿No
está siempre tu mesa abierta a todo el mundo? ¿No te resulta a ti tan grato
como a nosotros participar de los mismos banquetes? [...] ¿Y en cuanto a la
duración misma de las comida, aunque tu frugalidad reduce el tiempo que dedicas
a éstas, no las prolonga, sin embargo tu afabilidad? Ciertamente no te hartas
de comida en solitario antes del mediodía para acechar luego a tus comensales,
vigilándolos y tomando nota de lo que dicen, ni te presentas bien saciado y
eructando ante unos invitados que no han comido y tienen el estómago vacío para
arrojarles más que servirles unos platos tales que tú no te dignarías siquiera
a tocar, ni en fin, después de haber soportado con disgusto este insolente
simulacro de banquete, vuelves a entregarte a tus secretas orgías y ocultos
excesos. No admiramos, por lo tanto, ni el oro ni la plata de tus vajillas, ni
el exquisito refinamiento de tus platos, sino tu afabilidad y tu buen humor”
Plinio, el Joven, Paneg. a Trajano, 49, 5
Plinio, el Joven, Paneg. a Trajano, 49, 5
Para prevenir estos problemas gástricos se invita a la ingestión de
ciertos alimentos:
“Los panes secos, de harinas bien
molidas […] se disuelve tranquilamente. De modo que hace su recorrido
lentamente, pero sin producir gases ni eructos, frente al pan de cebada bien
molido, que es laxante pero produce muchos más gases”
Hipócrates, Tratados hipocráticos, Sobre la dieta, 40
Hipócrates, Tratados hipocráticos, Sobre la dieta, 40
Los alimentos que producen menos
gases son la caza, los pájaros cocidos con trampa, los peces, las frutas, las
aceitunas, los crustáceos, los huevos frescos, cocidos o pasados por agua y el
vino añejo. El hinojo y el aneto (eneldo) favorecen la
expulsión de los aires”. Celso, Los ocho libros de la medicina, XXVI
Y evitar ciertos alimentos:
“Las habas (chauchas) son algo sustancioso, pesado y flatulento. Los guisantes (arvejas) dan menos gases […] Los huevos de aves son un alimento flatulento,
porque de un volumen pequeño se desarrolla enormemente. […] El mosto produce
gases porque calienta. […] Los ajos producen gases por la retención del aire
interno […] Las granadas vinosas son muy flatulentas […] Los melones son
diuréticos, pero dan gases.”
Hipócrates, Tratados hipocráticos, Sobre la dieta, 49, 50, 52, 55
Hipócrates, Tratados hipocráticos, Sobre la dieta, 49, 50, 52, 55
“Los alimentos flatulentos son casi
todas las legumbres, todas las sustancias grasas, dulces y jugosas, el mosto, e
incluso el vino nuevo. Entre las plantas de huerta, el ajo, la cebolla, la col,
todas las raíces, exceptuando el reponcho (No encontré traducción) y las
pastinaca (Pastinaca sativa, la chirivía, es una raíz que se emplea como hortaliza, muy relacionada con la zanahoria, aunque más pálida y con más sabor que ésta. Su cultivo se
remonta a tiempos antiguos en Eurasia); los bulbos, los higos secos, y sobre
todo loe verdes; las uvas frescas, toda clase de nueces, a excepción de los
piñones, la leche, las diferentes clases de quesos y en fin, toda sustancia mal
cocida. ”
Celso, Los ocho libros de la medicina, XXVI
Celso, Los ocho libros de la medicina, XXVI
“Las bellotas
comidas ocasionan flatulencias”
Dioscórides, Plantas y remedios, I, 106
Dioscórides, Plantas y remedios, I, 106
“La cebada es
diurética, detersiva (lo que tiene la propiedad de limpiar o purificar), flatulenta, dañosa del estómago” Dioscórides, Plantas y remedios, II, 86
“La cerveza es dañosa de las meninges
y flatulenta”
Dioscórides, Plantas y remedios, II, 87
Dioscórides, Plantas y remedios, II, 87
“El haba helénica engendra
ventosidad, flatulencia” (Chaucha)
Dioscórides, Plantas y remedios, II, 105
Dioscórides, Plantas y remedios, II, 105
“Mi hortelana me ha traído malvas que
aligeran el vientre y una opulenta variedad de cuanto produce mi huerto: la pomposa
lechuga y el puerro ya en sazón; no falta la pimienta que provoca el eructo ni
la hierba salaz (No encontré traducción, imagino… tómenlo con pinzas que es el
Anís) Sumad a esto bromas sin hiel, libertad que no os avergüence mañana y
frases de que no quisierais arrepentiros. Que mis convidados hablen de los
azules y de los verdes; mi vino no embriagará hasta hacer ninguno de vosotros
un acusado.”
Marcial, Preparativos de convite, X, XLVIII
Marcial, Preparativos de convite, X, XLVIII
Veamos cuáles son los curiosos remedios propuestos por Dioscórides, en
su libro Plantas y remedios:
Los nardos bebidos con agua fría son
una ayuda para las náuseas y para las flatulencias” (I, 7)
“El costo bebido,(posiblemente
quisieron poner mosto, pues no encontré traducción) en cantidad de dos onzas, con vino y con ajenjo sirve contra los
espasmos y las flatulencias” (I, 16)
“La raíz del helenio sirve, tomada en
electuario con miel, viene bien a la tos, a los espasmos y a las flatulencias”
(I, 28)(Hierba del moro)
“El enebro bebido es eficaz contra
los retortijones, flatulencias y toses” (I, 75)
“Las manzanas que están sazón en
primavera engendran flatulencias” (I, 115)
“El caldo de gallo viejo es
conveniente contra asmas, artritis y flatulencias de estómago” (II, 49)
"El testículo del castor bebido
con vinagre actúa contra las flatulencias, hipos y retortijones” (II, 24)
"El astrágalo de cerdo quemado hasta que de negro se vuelva blanco, majado y bebido, aleja las flatulencias de colón y retortijones de tripas” (II, 58)
"El astrágalo de cerdo quemado hasta que de negro se vuelva blanco, majado y bebido, aleja las flatulencias de colón y retortijones de tripas” (II, 58)
Beneficios ocasionados al expulsar los aires:
Trimalción: “Perdonadme amigos, hace
ya unos días que no me responde el vientre. […] Ahora espero que mi vientre
vuelva a entrar en la norma de siempre. De lo contrario, siento unas
resonancias por el estómago, como si se tratara de un toro. Por consiguiente,
si alguno de vosotros tiene que hacer una necesidad, no debe apurarse. Ninguno
de nosotros nace sin válvula de escape. Yo creo que no hay mayor tormento que
aguantarse, es lo único, por cierto que ni Júpiter puede prohibir. ¿Te ríes,
Fortunata, porque de noche no sueles dejarme dormir? Tampoco me parece mal que
la gente se desahogue en la mesa, por su parte los médicos no aconsejan
contenerse. Si alguien tiene ganas de cosas mayores, todo está a punto en el
exterior: agua, bacín y demás menudencias. Creedme, si los gases os suben a la
cabeza, producen flatos en todo el organismo. Sé de muchos que se han muerto
por ese motivo, aunque ellos no hayan querido reconocer su verdadero mal”
Petronio, El Satiricón, 47
Petronio, El Satiricón, 47
.
Tu cara es perfecta, tu cuerpo no
ofrece el menor defecto, y sin embargo ¿no te llama la atención que es raro el
hombre que te codicia y menos por segunda vez? Es que tienes, Galla, un defecto
bastante gordo. Siempre que el deseo me acercó a ti, en el momento más crítico,
algo habla de ti que no es tu boca. ¿Por qué los dioses no harán que seas tú
quien hable y no otra cosa? ¡Me irrita esa locuacidad! Preferiría que
ventoseases, porque -al decir de Simmaco- eso es bueno para la salud y a la vez
provoca risa. ¿Pero quién puede reír con los ruidos de otra procedencia? Cuando
eso escucho, mi rigor y mi voluntad decaen. Háblame al menos y que tu voz
oculte otras ruidosas manifestaciones. Ahora bien: si eres muda, aprende al
menos a hablar por ahí”
Marcial, A Galla, VII, XVIII
Marcial, A Galla, VII, XVIII
Las fuentes clásicas nos han mostrado claramente que el mundo antiguo no
presentaba las inhibiciones que actualmente se tienen al respecto, aunque, pese
a ser considerados saludables, fue necesaria la publicación de un edicto
imperial para que fueran socialmente mejor aceptadas.
Plurimam salutem!
Plurimam salutem!
Fuente:
derecoquinaria-sagunt.blogspot.com.ar
Imágenes:
Seleccionadas en Internet por Revista de ArteS
Es copia de la Revista de Artes.
derecoquinaria-sagunt.blogspot.com.ar
Imágenes:
Seleccionadas en Internet por Revista de ArteS
Es copia de la Revista de Artes.
Una entrada super interesante y que de algo tan natural lo convertimos casi en tabú........LLEVO DE NUEVO UNOS DÍAS EN EL HOSPITAL ATENDIENDO A MI MARIDO ASÍ QUE SI NO TE VISITI YA SABES LAS CAUSAS.Besicos
ResponderBorrarCHARO: querida amiga... Lo importante es que estés con él y que se mejore bien. Un abrazo lleno de cariño para ti y para él. Dile que se ponga bien rápido. Besos.
ResponderBorrarNunca pude imaginar que el tema diese para tanto. Conocía el significado en la cultura árabe, pero no lo demás.
ResponderBorrarTestículo de castor?????
ResponderBorrarAy Dios...
El post es impresionante.
Pura cultura.
Muchas gracias.
Besos.
TAWAKI: pues seguramente da para más...Yo creo que no se conoce porque es más tabú que el sexo que siempre está en primer plano, aunque ructare sea tan importante y natural como como tener relaciones... Besos amigo y gracias por estar siempre.
ResponderBorrarTORO SALVAJE: jajaja... te dejé impresionado verdad? Es que la revista de la que saqué el artículo no tiene desperdicio. Besos y gracias por venir. .
MARÍA DEL CARMEN: Es un gusto pasar por tu blog y una alegría que hayas pasado por aquí. Gracias por tus hermosas palabras que retribuyo.
ResponderBorrarImpresionante. Pensar que ahora ya muchos no tocan el tema, ahora vivimos tiempos donde pareciera muchos seres humanos quisieran mostrarse perfectos.
ResponderBorrarSaludos
David de observandocine.com
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarDAVID C.: DAVID C.: En realidad hay temas fundamentales en esta época... Cuerpos 10 mostrados sin reparos, asaltos y asesinatos mostrados sin tapujos donde se oculta a los delincuentes y se muestra a familiares y testigos. Cosa incomprensible, pues yo preferiría verle la cara al ladrón y al asesino, así cuando se escapan cruzo a la acera de enfrente...
ResponderBorrarGRACIAS POR VENIR DAVID. Fui a ver Gran Hotel Budapest y me pareció muy buena... Abrazo grandote.
Buenas noches Rosa María, visitarte siempre es una sorpresa y aprender un montón de cosas, muchas gracias por tu trabajo.
ResponderBorrarSaludos desde Barcelona, con agüa.-
JUAN ANTONIO TORRON CASTRO: Desde Ramos Mejía, con agüa...
ResponderBorrarGracias mi nuevo amigo... Un abrazo
Ay Rosa!!! menuda investigación has realizado. Con algunas recetas o recomendaciones me reído mucho y otras, pensándolo, son irrealizables o intomables, por ej. el testículo de castor o el astrálago de cerdo. Pero bueno, llevado a esos tiempos, todo era válido.
ResponderBorrarRosaMaría, muchas gracias por tu visita en el veo veo 2, deseo colgar tu comentario pero no me es posible ya que hace tiempo lo tengo bloqueado por exceso de fotos y por eso ahora tengo el veo veo 3 (pagando, claro).
ResponderBorrarUn saludo grande.-
ALMA: tanto tiempo... qué alegría recibirte. Pues simplemente con saber qué es lo que lo produce en cada uno, mejor evitar excesos verdad? Un abrazo grandote.
ResponderBorrar