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13 septiembre 2013

EL LÁPIZ LABIAL


Francia 1920-Colección del Metropolitan Museum
¿Alguno de vosotros pensaría que este fue el estuche de un labial de la época?

Porta lápiz labial de plata y cornalina

Mirando la Revista deArtes de este mes salió un artículo con fotos muy interesantes sobre el tema,  así que investigué otro poco en Google y redondeé la nota. Espero les resulte amena.




Su uso comenzó en la Mesopotamia hace 5000 años. Se trituraban joyas semi preciosas para aplicar a los labios y ocasionalmente alrededor de los ojos.  En el antiguo Valle del Indo también se usaba mientras que los Antiguos egipcios extraían tinte rojo amoratado de cucus algin, 0,01%yodo, y algo de bromo mannite, que resultó traer serias enfermedades.

Hace miles de años, a las mujeres egipcias las enterraban con dos barras de labial de colores diferentes, para que según los sumos sacerdotes, “Las mujeres difuntas pudieran en la otra vida mantenerse bellas y cambiar el color de sus labios cada que así lo sintieran necesario”.

Cleopatra tuvo su pintalabios hecho de escarabajos carmín triturados, que tenían un pigmento rojo profundo y hormigas para la base  de cuya mezcla se obtenía un color fuerte.

Lipstik-Pisa
Los pintalabios empezaron a ganar popularidad en el siglo XVI, durante el reinado de la reina Isabel 1, quien puso de moda los rostros pálidos y los labios intensamente rojos. En ese entonces, los lápices labiales eran hechos con una mezcla de cera de abejas y pigmentos rojos de las plantas.

En Grecia, por su parte, el maquillaje de los labios era una costumbre reservada únicamente para las prostitutas. Ellas lucían este tipo de adornos en su cuerpo en las fiestas mundanas a las que asistían los grandes representantes de las sociedades.

Desde 1660 hasta 1760 los franceses y los ingleses se enamoraron del uso del maquillaje incluso lo usaban los hombres.
En ese entonces se creía que todo miembro respetable de la sociedad era digno de ser reconocido por el uso de esta sustancia sobre sus labios.

Lucien Lelong, Francia -c.1935-1942 Tapa revistida de visón plateado
 - Museo FIDM de Los Ángeles, EEUU


La emperatriz María Antonieta, con sus labios abultados y rojos impuso la moda de los colores fuertes y brillantes, por lo que entre otras cosas se la tildaba de promiscua.

En 1770 el parlamento británico aprobó una ley donde las mujeres que usaran labiales eran juzgadas por brujería.
La moda del labial no fue continua, su práctica se suspendió y era solo  usada para el teatro, pues entonces los jefes religiosos y políticos lo consideraban mundano y corruptor del alma.

Elsa Schiaparelli, Francia


Los pintalabios con efectos brillosos fueron hechos inicialmente usando una sustancia encontrada en las escamas de peces llamada esencia de perlas.

Durante la época de oro Islámica, el físico árabe Andalusian y el químico Abu al-Qasim al-Zahrawi (Abulcasis) inventaron los labiales sólidos que consistían en perfume y otros ingredientes basado en hongos.
La descripción escrita del proceso se encuentra en su enciclopedia de medicina y cirugía, el Al-Tasrif.



El primer labial con base giratoria salió al mercado en 1915.

En 1922 se comercializó por primera vez un lápiz labial en España, fue el Milady, de Puig.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el uso del lápiz labial se masificó gracias a su uso en la industria del cine.

El estilista de las estrella de Max Factor inventó el lápiz labial gloss en 1930.
Año 1930
Museo Lippenstiff - Berlín - Alemania - 1925
Los labios de Marylin Monroe, carnosos, rojos y brillantes dieron la vuelta al mundo, leí en su historia que era una experta, usando pincel  pues combinaba varios tonos (entre tres y cuatro) para acentuar la belleza de los mismos, cosa que los hizo inolvidables.


En 1950 el químico norteamericano Hazel Bishop desarrolló el primer labial en formato de barra que no deja manchas al besar.
 Las fotos son de diversos museos y están en la Revista de Artes citada al comienzo.

03 septiembre 2013

CUÁNTOS CUERPOS TIENE EL CUERPO




Si hacemos un promedio de la vida de todos los órganos, nuestro cuerpo tiene alrededor de 15 años. Entonces, si nos renovamos casi por completo, ¿qué significa ser nosotros mismos?

Por Diego Golombek  | LA NACION

La ciencia tiene esas preguntas que te pueden dejar pensando un buen rato, o marearte de tanto vértigo o, también, servir como excelentes frases abridoras para el científico o científica de levante.
Veamos: si se sabe que muchas partes del cuerpo se regeneran, mueren células y nacen otras. ¿puede en algún momento regenerarse el cuerpo entero? ¿Nos queda alguna célula de cuando éramos bebés? ¿Qué edad tienen las diferentes partes del organismo? En resumen: ¿cuántos cuerpos tiene el cuerpo?

El asunto es que no todas las células del cuerpo se renuevan a la misma velocidad. En algunos casos, se sabe con precisión la edad de nuestras células, su crecimiento y su destino. Por un lado, hay partes que nos abandonan muy temprano, son las que están más expuestas al medio externo, y cada tanto dicen adiós cuerpo cruel y son reemplazadas por otras más fresquitas.

Entre ellas, claro, están las células de la piel, que se van flotando alegremente por el aire (sí, gran parte del polvo que vemos en el aire son células muertas de la epidermis). Sin ir más lejos, como buenas lagartijas, renovamos nuestra piel por entero cada más o menos dos semanas -otra que la doctora Aslan y sus tratamientos rejuvenecedores-. Si tenemos algún tipo de herida cutánea, la velocidad de regeneración aumenta hasta cuatro veces. Pero de ninguna manera son las células menos longevas: aquellas que están en la luz del intestino se regeneran cada cinco días, y las que miran hacia la luz de los bronquios, cada entre 1 y 2.


Los huesos y los músculos se renuevan por completo cada unos 10 o 15 años, respectivamente. Una buena noticia, si estamos a dieta, es que cada año perdemos cerca de un 10 % de nuestra grasa. La mala es que lo recuperamos con grasa nueva (y las células adiposas, siempre con mala prensa, viven unos 10 años).

Y veamos un caso polémico: el viejo dogma de la neurociencia de que neurona que para, neurona que cierra o, en otras palabras, que no hay regeneración de neuronas en un cerebro adulto. Desde que el argentino Fernando Nottebohm descubrió que en el cerebrito del canario aparecen nuevas neuronas que generan nuevos cantos, se sabe que en algunas áreas del cerebro nacen nuevas células todo el tiempo, incluyendo el hipocampo, que tiene que ver con los procesos de memoria. La neurogénesis es un hecho, y la idea es entenderla del todo para poder aplicar sus reglas en enfermedades neurodegenerativas. De cualquier manera, es cierto que una vez que se forma el cerebro humano, la mayoría de nuestras neuronas no se renuevan (algo similar ocurre con el corazón adulto, que se renueva bastante poco). Incluso sabemos que el cerebelo es casi tres años menor que nosotros mismos, o sea que esta región del cerebro se desarrolla durante la infancia.

Ojo: que no aparezcan nuevas neuronas no quiere decir que no pueden crecer, cambiar sus conexiones y sus charlas o hasta, en algunos casos, los nervios cortados pueden crecer un par de milímetros diarios.
Así como el cerebro cumple años con nosotros, otros órganos son máquinas de renovarse. El hígado, por ejemplo, puede crecer a lo loco aun cuando se remueva más de la mitad (o más aún) durante una cirugía. Normalmente las células hepáticas se renuevan cada 1 a 2 años.

Pero también podemos entender cómo crece el cuerpo, mirando en cámara lenta las partes más expuestas. Nuestro pelo de la cabeza, por ejemplo, vive como máximo unos pocos años y crece cada día hasta 0,5 mm, más o menos el doble del pelo del resto del cuerpo. 

Uno de los experimentos más interesantes en estas lides lleva el fascinante título de El crecimiento de las uñas: 35 años de observación, firmado por un tal Dr. Bean. Ya se imaginarán que hizo el Dr. Bean: trazó una rayita en la base de la uña y registró el tiempo en que esta rayita tardaba en llegar a la punta del dedo. Así llegó al invaluable dato de que las uñas crecen aproximadamente una décima de milímetro por día (algo más de 3 mm al mes, aunque no todas crecen igual, si no miren la típica uña del meñique del colectivero).

 ¿Cuántos cuerpos tiene un cuerpo, entonces? En definitiva, si hacemos un promedio de la vida de los diferentes órganos, nuestro cuerpo completo tiene alrededor de 15 años. La pregunta es, si nos renovamos casi completamente, qué viene a querer decir ser nosotros mismos, si es que queda algo de ese nosotros. 


Vaya uno a saber. 

El tiempo pasa, nos vamos poniendo tecnos.